Hace algunos meses en el programa de la TV miamense " A FONDO
" conducido por el periodista Pedro Sevsec, se invitó a un vidente
venezolano. Yo personalmente no creo en estas personas que se ganan la vida
adivinando cosas que ya sucedieron.... pero en este caso me llamó la atención
que el Sr. dijo que si a las elecciones venezolanas se presenta Dios contra
Hugo Chávez, ganaría sin duda el Comandante Chávez. Y eso me hizo pensar y
viendo como transcurre la campaña electoral en el hermano País, creo que es verdad.
Chávez cuenta con el Colegio Electoral,
con la Asamblea Nacional, con las Fuerzas Armadas, con todo el dinero del
pueblo Venezolano , con los jueces, los fiscales y con los delincuentes, con
los presos, con los vagos, con los que no quieren trabajar , con los que les
gusta vivir de las dádivas del gobierno y además con los tontos, con los que no
piensan con los incultos con los que se creen todas las mentiras que les
cuentan y piensan que de verdad Venezuela está en guerra y que el único ser inteligente y valiente que los
puede guiar a la victoria es Chávez. Los pueblos muchas veces se equivocan al
escoger sus líderes y se dejan engañar.
Ya ha sucedido, la historia nos cuenta que el pueblo alemán confió en Hitler,
el italiano en Mussolini y el Ruso en Stalin.
Con sus discursos llenos de insultos contra todo aquel que no le
ría sus pujos, ya sea una figura
nacional o un funcionario extranjero Chavez logra la aclamación de un pueblo que está ciego y desconoce la historia universal. Recordemos los epítetos lanzados contra Enrique Capriles,
los insultos contra Uribe, o contra el español Aznar, fiel a los principios
maquiavélicos mantiene una guerra contra Estados Unidos, y además cuenta con el
asesoramiento de un aparato de inteligencia como el de Cuba que es muy eficiente y que tiene la
experiencia de mantener el poder de un caudillo durante 53 años. Con la prensa
venezolana controlada es muy difícil que
el Sr. Chávez pierda las elecciones y aunque la mayoría del pueblo Venezolano
votara por Capriles, Chávez no dejaría jamás el poder y jamás reconocería la
victoria de un contrincante. Su ego no se lo permite.
