lunes, 4 de enero de 2010

PINTURA CUBANA: UNA ANECDOTA

A veces los que leen este blog y no son cubanos creerá que exagero o que soy uno de esos chovinistas que consideran que su pequeña Isla con sus habitantes es perfecta. No... es todo lo contrario somos los cubanos un ejemplo de imperfecciones, por eso llevamos 51 año dando tumbos por el mundo añorando una Patria que nos dejamos arrebatar, cuando cambiamos el crucifijo cristiano por el fusil serrano.
Pero no podemos negar que cubanos han habido que han triunfado en el deporte, en las artes, en los negocios y en otras muchas esferas del que hacer diario.
Hoy me voy a referir a la pintura cubana,
En 1832 se fundó en La Habana la escuela de dibujo y pintura que fue denominada SAN ALEJANDRO en honor a su creador Alejandro Ramirez, director de la sociedad económica de Amigos del País. Su primer director fue el francés Juan Bautista Vermay (1786-1833 ). Otros Directores cuyos nombres han pasado a la historia de la plástica cubana son Armando Menocal y Leopoldo Romañach.
Entre los estudiantes que pasaron por sus aulas se pueden nombrar a José Martí en 1867, Wilfredo Lam, Amelia Pelaez, Víctor Manuel, René Portocarrero, Cundo Bermudez y hasta el comandante guerrillero Camilo Cienfuegos en 1947.
Por supuesto muchos artístas reconocidos internacionalmente jamás pasaron por sus aulas, aunque la Escuela ya tenía un nombre a nivel mundial. ¿ Por que ocurrió esto ?...sencillamente porque hubo una generación de artístas que emigraron o se exiliaron a partir de 1959 después del triunfo de la Revolución fueron artístas que se formaron en el extranjero, o realizaron la mayor parte de su obra fuera de Cuba, pero, increíblemente nunca perdieron la escencia de la cubanía en su arte.
Recuerdo que allá por el año 1954, era yo un niño normal que vivía en un barrio humilde donde pasaba una niñez feliz, iba a la escuela pública, jugaba a las bolas, al trompo, al taco a las cuatro esquina, a la pelota, y, entre los muchachos del barrio había uno muy especial, su nombre Pablo Carreño, Pablo era especial porque además de participar en todos los juegos y maldades propios de la infancia era un pintor excelente, era capaz de dibujar casi fotográficamente cualquier cosa de su entorno, por supuesto allí había talento, pero todavía no podíamos hablar de arte.
Transcurrieron los años, muchos, muchos años y al mudarse mi familia del barrio jamás supe de ese amigo de la infancia.
Fue a finales del 2009 que caminando por Miami Beach encontré en una galería, un cuadro firmado por Pablo Carreño y gracias a la Internet pude saber que Pablo es uno de nuestros mejores pintores expresionistas y que radica en Estados Unidos desde 1964, que no ha retornado a Cuba en todos estos años y sin embargo hay elementos cubanos en su obra, como por ejemplo su colección de pinturas donde el elemento tabaco es actor fundamental. Y es que a pesar del tiempo y de la influencia de otras culturas esa Cuba lejana que a pesar del tiempo y la distancia nosotros los cubanos no podemos olvidar y aparece siempre subjetivamente en cualquier empresa que emprende cualquier artísta, cualquier cubano.
Le recomiendo ir a estas páginas y conozca ud. a otro de los buenos artístas cubanos que gracias a la Revolución Cubana están rodando por el mundo afortunadamente no como un desconocido, sino como un representante más de nuestra cultura.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Son muchos los artistas cubanos que han desarrollado su obra en el extranjero. En Cuba son desconocidos y los que ya eran famosos al triunfo de la Revolucion, sino han hecho comentarios a favor del comunismo como Wilfredo Lam y Carpentier, permanecen en el olvido para el pueblo cubano. Cada dia es mas fuerte la restriccion en materia de informacion. Para el cubano de la Isla es un delito tener acceso a toda informacion no oficial.
Victormorazan